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La Misión abarca un territorio de unos 3.500 Km2 con una población de aproximadamente 50.000 personas. De estas cerca del 20% son miembros de nuestra Iglesia. La Parroquia tiene un total de 50 pequeñas comunidades más algunos núcleos, donde semanalmente la gente se congrega para la celebración dominical.

Enteramente rural y con un grado de alfabetización escaso (el 70% de la población mayor de 40 años es analfabeta, número que bordea el 90% entre las mujeres), uno de los mayores desafíos es la formación de sus animadores. Formación en los fundamentos de nuestra fe, que apenas tiene una historia de 50 años en esta zona.

El ideal evangélico de vida propone además algunas rupturas con las prácticas ancestrales que tienen una innegable influencia en la vida cotidiana de nuestros creyentes, prácticas muy emparentadas al mundo del Antiguo Testamento en lo que respecta a la vida de relación entre los hombres y las mujeres (poligamia, levirato, la mujer sumisa e impura) y a los procesos vitales (magia, curanderismo, adivinación, presencia de los espíritus). Estas rupturas sólo son posibles si los líderes de las comunidades son personas bien formadas, con una experiencia fundante de Jesús como Señor y Maestro, como Aquel en quien es posible vivir sin miedo, en libertad y servicio a los hermanos.

Este desafío, que es una de las opciones pastorales de toda la iglesia en Mozambique, es desde el comienzo de nuestro servicio misionero la primera prioridad. Bajo el nombre de “Semillas de esperanza”, englobamos todo el proyecto formativo que tenemos en nuestra misión y que tiene dos modalidades principales:


a) Cursos intensivos de formación que se dan en nuestra misión:

Los animadores de las diversas comunidades llegan hasta la misión donde permanecen por varios días. Con la ayuda de un grupo de monitores preparados anteriormente por nosotros, reciben “clases” (como les gusta decir aquí) sobre los fundamentos de la fe (que siempre incluye un anuncio kerygmático) y sobre las cosas prácticas de su servicio comunitario.

El curso principal tiene una duración de 45 días, divido en tres etapas de 15 días.
Se realiza anualmente y participan entre 18 y 25 personas. Además de los contenidos fundamentales de la fe, buscamos que estos cursos sean una experiencia de fraternidad eclesial y una pequeña escuelita de oración. Por eso durantes esos días enseñamos diversas formas de oración (la litúrgica de Laudes y Vísperas, el Rosario, el Vía Crucis, la Adoración al Santísimo, la oración personal y grupal con la Biblia, el trato familiar con Dios), además de las dinámicas grupales que facilitan el compartir. Un subsidio muy importante y que tiene una gran repercusión es la utilización de Videos y DVD sobre los temas tratados. Para algunos significa la primera vez que están frente a un televisor.

Los otros cursos, son de una duración semanal y están destinados a mantener una pequeña formación permanente en los animadores de los tres servicios esenciales en la comunidad: Liturgia, Catequesis y Caridad.

Con los jóvenes, cuya atención pastoral constituye nuestra prioridad en el proyecto misionero de Mozambique, realizamos algunos encuentros de fin de semana para los líderes de las comunidades (entre 2 y 3 por año). Allí se preparan los temas que luego se trabajarán en las comunidades. Y hacia fines del año se realiza un encuentro de una semana con los adolescentes que recibirán el bautismo durante la semana santa. El año pasado fueron laicos de la parroquia de Xipamanine quienes estuvieron encargados de la animación.

Intentamos que las comunidades colaboren con los alimentos, lo cual lógicamente depende de las cosechas, siempre impredecibles (este año ha sido bastante magra por cierto).

Todos los cursos que se realizan en la misión tienen medio día dedicado a la ‘formación para la ciudadanía’, siendo los temas fundamentales la común dignidad del hombre y la mujer, los derechos humanos y la participación política.

Para estos cursos que se realizan en la misión el costo es de 1,5 dólares diarios por persona, cuando el número es superior a 20 participantes. El presupuesto para el 2009 es de 1.350 dólares para el curso de 45 días y 1.500 dólares para los de una semana de duración


b) Encuentros de fin de semana en las diversas zonas:

Con el fin de extender la formación a todos los rincones de la misión, hemos comenzado a realizar los cursos de formación en las diversas zonas pastorales. La duración del curso introductorio es de dos días completos y la celebración dominical. Los encargados de llevar adelante el mismo son los laicos que integran el equipo de formación de la misión. Nosotros tratamos de estar en el inicio y en el final, donde concluimos con la Eucaristía. Las comunidades organizan todo lo referente a hospedaje y comida. Nosotros corremos con los gastos de transporte y la retribución que reciben los momitores, además de una pequeña ayuda para la comida, lo que suma unos 50 dólares por cada curso.

Después del curso Introductorio de este año que fue esencialmente kerygmático (del tipo retiro de conversión), planificamos para que el año próximo cada zona tenga dos cursos: uno sobre la liturgia y otro sobre la comunidad (organización y servicios). El presupuesto para el 2009 es de 1.500 dólares.